Los frenos cerámicos ofrecen una elevada prestación de frenada, larga duración y apariencia deportiva.
La prestación de frenada no disminuye ni tan siquiera tras frenadas reiteradas, por ejemplo descendiendo un puerto de montaña. Su resistencia al fading (el notable deterioro en el rendimiento tras frenar repetidamente) es muy superior al de otros tipos de frenos. Las masas rotatorias no suspendidas se reducen en aproximadamente 20 kilogramos o un 50 por ciento en comparación con los discos de freno convencionales, lo cual resulta en un manejo y una agilidad sensiblemente mejores. La elevada resistencia a la abrasión de los discos cerámicos les permite resistir hasta 300.000 kilómetros. Su dureza superficial extrema también significa que los discos de freno son resistentes a las sales de calzada sólidas y líquidas, así como a la corrosión y la oxidación.
Los discos de freno cerámicos están realizados en una cerámica reforzada con fibra de carbono. La materia prima utilizada para crear este compuesto, conocido como composite cerámico, es el carburo de silicio, extremadamente duro y resistente a la abrasión. En éste están integradas fibras de carbono altamente resistentes, las cuales absorben eficazmente las tensiones que se producen en el material. En condiciones extremas como altas temperaturas o humedad, el composite cerámico garantiza un coeficiente de fricción estable. Aunque un disco de freno cerámico absorbe el calor más rápidamente que un disco de freno de acero, también es capaz de dispersarlo con mucha más rapidez. De esta forma, se garantiza un rendimiento de los frenos sistemáticamente más alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario