sábado, 5 de noviembre de 2011

Cambio de la correa de distribución


Vital en el funcionamiento del motor, su rotura puede provocar daños graves

La correa de distribución es una pieza dentada que cuenta con una estructura de acero por dentro y goma por fuera, y se encarga de comandar al árbol de levas para que pueda cumplir con su función, de abrir y cerrar las válvulas. Además, tiene una estrecha vinculación con la bomba de aceite y de agua para que puedan trabajar correctamente. Esta tarea era realizada antiguamente por una cadena de acero, pero los fabricantes la reemplazaron por la utilizada actualmente por su bajo costo de producción y menor ruido, aunque todavía sigue siendo utilizada por vehículos de competición debido a que soporta mejor la conducción deportiva con aceleraciones y frenadas bruscas.
En los autos modernos, la correa no puede ser observada a simple vista ya que se encuentra protegida dentro del cárter de distribución, y por eso su recambio sólo puede calcularse según de la cantidad de kilómetros establecida por el fabricante del vehículo.
Recambio obligado
En general, los manuales de los automóviles establecen que la vida útil de la correa oscila entre los 60 y los 100 mil kilómetros para los de última generación, mientras que está establecido que los autos con motores que trabajan con cuatro válvulas por cilindro necesitan un reemplazo más frecuente que aquellos que cuentan con dos válvulas.
Resulta imprescindible informarse sobre su durabilidad, porque una correa que se corta puede llegar a destrozar piezas vitales para el funcionamiento del propulsor como las válvulas, pistones y la tapa del motor. Dado el bajo costo del repuesto, 35 pesos en vehículos de gama baja y 60 en los más sofisticados, el usuario cometería un grave error si no controla el estado de esta pieza; aunque la mano de obra sí tiene un valor elevado (entre 100 y 200 pesos) ya que para acceder a la misma se deben extraer piezas del motor que no son fáciles de manipular.
Por otra parte, las correas no trabajan independientemente de otros componentes, necesitan de dos tensores, uno en cada extremo, para que queden bien sujetas en los rodillos. Ambos deben controlarse cada vez que son reemplazadas las correas como medida preventiva. En caso de que los tensores fallen, las consecuencias pueden ser tres: la más leve es que el motor pierda su puesta a punto, que la correa se salga de lugar, y la grave es que puede producirse la rotura de la correa. Si bien la vida útil de dicho repuesto es mayor a la de una correa, su costo es un tanto elevado. Se comercializan por pares y el precio oscila entre los 180 y 200 pesos.

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